Cuarentena, ¿y qué sigue?



            Desde mediados de Marzo, luego de que se decretara la pandemia de coronavirus, Argentina dispuso la cuarentena obligatoria. Según una publicación del diario La Nación[1], alrededor de 4 millones de argentinos están exceptuados de cumplir con ésta con el fin de ir a trabajar (entre ellos integrantes del sistema de seguridad, el de sanidad, el de transporte y algunos comercios). Pero este no es el caso del grupo social que nos toca analizar, que es el sistema educativo.
            Las clases ya se habían cancelado desde antes del inicio de la cuarentena, el Boletín Oficial lo anunciaba el día 15 de Marzo, con el fin de disminuir la propagación. No hace falta aclarar que las escuelas  y universidades son un lugar en los cuales se junta a una gran cantidad de personas (alumnado, docentes, equipos administrativo y directivo, limpieza y mantenimiento, etcétera). Nosotros, el alumnado, (que somos mayoría) mientras no tengamos una enfermedad preexistente no tenemos una tan alta tasa de mortalidad, pero si podemos ser portadores de COVID-19 y contagiar al grupo vulnerable (por ejemplo, familiares de edad avanzada o gente que nos cruzamos por la calle). Es por eso que es tan importante la cancelación de las clases.
            Esto nos trajo un gran problema, ¿Cómo se sigue la educación? Antes de que se creara una planificación adaptada a las necesidades de la cuarentena, la organización fue caótica, se corría la voz de que la mayoría de los alumnos estaba lleno de tareas, las cuales muchos de ellos no eran capaces de resolver porque no eran capaces de realizar una tarea igual de compleja que las que hacían en la escuela, solo con un texto y sin la explicación de un profesor.
Con el paso de las semanas la organización fue mejorando y la cantidad y la dificultad de las tareas redujeron considerablemente. Aquí es donde se abrió el gran abanico de las herramientas que podrían servir para llevar a cabo las clases virtualmente. Primero grupos de chat o e-mails, luego aplicaciones como Google Classroom, que, al ser gratuitas y de libre acceso, cada profesor ser registra y crea una clase a la cual los alumnos se unen con un código. Allí pueden compartir tareas, editarlas de forma colectiva y calificarlas.
            Muchas de las escuelas con un ingreso económico más alto ya disponían de aplicaciones como Classroom,  que previamente habían sido contratadas por el instituto. Éstas ofrecen las mismas, más o en algunos casos menos funciones que la de Google. Algunos ejemplos son Blended o Xhendra.
Con el paso de las semanas, muchos profesores abrieron aún más el abanico y empezaron a implementar las videoconferencias, las cuales les permitía tener un contacto más estrecho con el alumnado. Aquí una de las causas del despegue de aplicaciones como Zoom o Jitsi Meet. Éstas generaron una gran polémica, ya que eran aplicaciones que no estaban preparadas para tal demanda, por ejemplo, Zoom pasó de tener 10 millones de usuarios en diciembre de 2019 a tener 200 millones en Marzo y 300, en abril[2]. Los trolls,al ver la gran demanda, aprovecharon las vulnerabilidades de estas  aplicaciones para robar datos o hasta acceder a los dispositivos de los usuarios. O sino, cosas más simples, como que en un principio, cada persona con acceso a una videoconferencia de Zoom podía modificarla. Es gracias a eso que, como nos cuenta el diario La Nación, una persona simplemente con compartir la pantalla reprodujo un video pornográfico en una clase de la Facultad de Ciencias Exactas y en la cede Comahue de la Universidad de Flores[3].
            Pero acá hay un problema, un bache, un sector que quedó olvidado y muy pocos son conscientes de  su existencia: A pesar de vivir en un mundo globalizado, y pensar que todos estamos conectados, eso no es tan así… La mayor parte de la población joven tiene un teléfono celular y sabe usarlo, pero muchos de ellos no tienen los medios para hacerlo.
            En el caso de las clases virtuales, se necesita sí o sí una conectividad a internet, eso implica un gasto que no todos pueden afrontar. Traigo el caso de una madre la cual tuvo que hacer una reunión con el equipo de la escuela especial en la que trabaja mi madre (desempeña el cargo de psicóloga). Se le propuso llevarla a cabo mediante la aplicación de videollamadas Zoom. Al decírselo expresó una gran preocupación, debido a que ella no disponía ni de un plan de datos ni de una red de wifi en su hogar, solo cargaba un pequeño monto de dinero para hacer llamadas y utilizar Whatsapp. Casos como este deben haber miles más. Y la pregunta es, ¿Qué se puede hacer para resolver esto?
            En un principio, se deberían acercar las TICx a cada joven, algo parecido a esto fue el programa Conectar Igualdad, el cual no tuvo demasiado éxito ya que disponía de muchas funciones pero no se aprovechaban al máximo debido a que no se capacitó a la totalidad de los profesores, llevando al desuso[4]. Éste se dio por finalizado con el cambio de gobierno, de todas formas, una buena noticia es que la Viceministra de Educación, Adriana Puiggrós, comentó en un programa de la radio AM 750 el plan de traerlo de nuevo a la vida.
            Luego de tener los dispositivos al alcance público, debemos permitir que los alumnos se puedan conectar a la red, lo cual sería un gasto enorme hacerlo accesible para todos. Pensando en la situación que vivimos ahora ¿Pueden los alumnos utilizar una red escolar? No, no hay clases y las escuelas están cerradas ¿Pueden utilizar redes públicas, si es que tienen acceso a estas? No, ellos ni si quiera pueden salir de sus hogares. Es por eso que nos quedamos con la única opción de crear redes hogareñas para cada joven del país, una tarea utópica.
            Si es que los dos puntos anteriores pudieron solucionarse, hay un tercer paso que trata de crear el contenido para utilizar (webs, videos, software, almacenamiento en la nube, entre otros). Esta es la tarea más sencilla, que con el programa ya mencionado se logró a medias, el software estaba pero era antiguo y las webs y el contenido multimedia no era de muy buena calidad. Aclaro que estoy analizando cómo sería un programa perfecto, que sería muy difícil crear.
            Finalmente, si esto se repartiera por todo el país de una forma efectiva y equitativa todo el sistema educativo sería capaz de afrontar una situación como la actual. Pero ahora me surge otra pregunta: ¿Vale la pena invertir tanto en modernizar el sistema educativo? ¿No hay cosas más importantes como mejorar el sistema actual, hacerlo eficaz? Muchos estudiantes, por ejemplo, no logran pasar el Ciclo Básico de la UBA, y allí se ven temas que se debieron ver en el secundario. Entonces, ¿qué hacemos? ¿Mejoramos el actual o lo modernizamos?
            ¡Pero paren! El problema que yo ya les planteé ya alguien logró solucionarlo parcialmente. La fundación World Possible creó OER2GO, una organización de distintas páginas web, como Wikipedia, Khan Academy y Wiki How, en las cuales se otorga el acceso a la información sin necesidad de estar conectados a la red. Es un estilo de biblioteca pública digital. Éste es un proyecto que caracterizo como emocionante, que obviamente necesita seguir trabajándose, agregándose más páginas para una mayor riqueza de información. Imagínense, una Biblioteca de Alejandría virtual con acceso a toda la población.
            Esto reduciría en gran parte la tarea del gobierno, solo se debería llevar a cabo la primera tarea, que sería la distribución del hardware a la población. También le agregaría otra, difundir el uso de estos servicios gratuitos, porque OER2GO ya existe desde hace unos años, y muy probablemente no conocías sobre este proyecto. Y, ¿es posible hacer eso? Claro que sí, Conectar Igualdad ya lo hizo, falló en que no se pudo sostener, pero eso fue mala organización por parte del gobierno de turno y por la misma grieta política de nuestro país (que no permitió que se continuara).
            Por último, les voy a dar un ejemplo de como la aplicación de las NTICx. Un profesor de historia, llamémosle José, quiere explicarle la unidad 6 a sus alumnos de 5to. Para hacerlo, crea una serie de videos (unos para cada tema) y los comparte a sus alumnos mediante una página que el gobierno creó para la comunicación a distancia entre alumnos y profesores. Sofía, una de las alumnas, vio el primer video y lo entendió perfectamente, por eso siguió con el segundo. Franco, en cambio, vio el primero pero no lo entendió muy bien, por eso, anota sus dudas y espera a la siguiente clase presencial para preguntárselas a José. Durante la clase, José simplemente le asigna videos para ver a Sofía y los demás que entendieron todo, y, a Franco y los otros que tienen dudas, les explica específicamente lo que no entendieron, de la forma que es más conveniente para cada uno de ellos.
            De esta forma, Cada alumno iría a su máximo ritmo, Sofía se adelantaría gracias a sus altas capacidades, y Franco, que le cuesta más, recibiría atención especial de José, que tendría más tiempo durante la clase ya que no necesita explicar en ese momento la totalidad de los temas.    
Finalizo diciendo que un futuro conectado no es algo utópico, es posible. Tal vez ahora no estuvimos bien preparados con este cachetazo, pero con una inversión estatal estable y una buena organización es más que posible. Y así podríamos mejorar la educación de nuestro país mediante la tecnología, no hablaríamos de modernizar, hablaríamos de progresar. Nuestro sistema educativo estaría preparado para enfrentar esta y muchas cuarentenas más. El sueño de una conectividad nacional no es imposible, depende de todos nosotros, de nuestras acciones. Pensemos que la educación es la base de todo, tal vez, mejorando la educación, logremos mejorar aunque sea un poco la patria ¿No?


[2] Véase: CNBC, “Zoom shares pop after users grow from 200 million to 300 million in a matter of days”        URL: https://www.cnbc.com/2020/04/23/zoom-shares-pop-after-users-grow-from-to-300-million.html
[3] Noticia: La nación, “Zoom bombing: el lado oscuro de la app “estrella” para hacer videoconferencias”.   URL:  https://www.lanacion.com.ar/seguridad/zoom-bombing-fiscalias-cibercrimen-investigan-decenas-casos-nid2357613
[4] Esto a la vez sería otro desafío, ya que es un grupo bastante grande el de profesores de edad avanzada, y a muchos de ellos les es muy difícil adaptarse completamente a las NTICx.

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